El origen de esta raza, como el de todos los boyeros suizos, debe buscarse en los molosos orientales de los cuales, a través de una selección que ha durado siglos, provienen todas ellas entre las que se encuentra el Entlebucher, que toma su nombre de la región de Entlebuch, en el cantón de Lucerna. Aquí se ha desarrollado y se utiliza como guardián atento y efectivo de las vacadas y también, como custodio de los establos y de los refugios alpinos.